Debido al “oversharing” (término que se utiliza para denominar la sobrexposición en las redes sociales), ha emergido un nuevo tipo de cosificación humana determinada por el valor social que le otorgamos a lo exógeno (vestimenta, complementos, modificaciones corporales…) que pasan a ser exhibidas en entornos digitales como señas de identidad y/o de pertenencia a un determinado grupo. Mientras que en otras épocas la agencia de los objetos residía en su valor material, inherente a su existencia en el plano físico, en la actualidad, el poder simbólico de lo exógeno adquiere una nueva dimensión gracias al yo digital.